CHILOÉ

Viaje a Chiloé

Partimos de viaje el 30 de Octubre 2015. Desde Puerto Montt cruzamos en ferry hasta Chiloé por el canal de Chacao(fue como media hora en la embarcación). La mayoría ya conocíamos parte de la isla, pero había sido cuando muyyyyy chicos así que poco o nada recordábamos. 

Llegamos directo a Castro a conocer los famosos Palafitos. En mi ignorancia, yo les llamaba "las casas con palos sobre el agua" jaja. La mayoría figura como residencias, hospederías, hostales boutique (un poco caros, pero muy lindos por lo que nos contaron). Pasamos un rato al mercado de Castro. Nos sorprendieron los bajos precios . Recuerdo que el kilo de salmón costaba 3 mil pesos! De todos los productos, nos llamó mucho la atención todo el "luche" (alga) que había. Lo probamos y estaba muy rico. 

Continuando el viaje...


Si bien nos gustó Castro, lo encontramos muy urbanizado. En Dalcahue (a 13kms de Castro) cruzamos a una isla llamada "Curaco de Vélez". Lamentablemente, no encontramos alojamiento. Incluso pensamos en dormir en el auto en la playa, pero nos bajó la psicosis de que íbamos a despertar flotando en medio de la nada. De todos modos, este es un lugar que recomendamos muchísimo conocer. Anda poca gente, es muy tranquilo y es un verdadero paraíso. 

Regresamos a Chiloé y nos asentamos en el "Parque Nacional Chiloé". Comenzamos a recorrerlo y realmente parecía un jardín secreto. Llegamos a una casa en que gente autóctona vendía artesanía. Era una pareja y en el caso del señor, tenía 99 años! Él estaba perdiendo la visión, pero de mente estaba súper cuerdo. Nos trataron de vender artesanía a como de lugar, pero justo andábamos con poco dinero. Por suerte nos alcanzó para unos gorritos, utensilios de madera y calcetines. El señor hasta trató de vendernos a su gato!! Nos causó risa, pero lo decía en serio.. 

Caminando de regreso nos pillamos con unos loros verdes con una franja roja en los ojos. Por lo que googleamos, lo más probable es que hayan sido "loros choroy".

Finalmente, recorrimos la playa, nos cocinamos papas fritas (siempre andamos con cocinillas) y al tuto. Andábamos con un fitroll y aparentemente los zorros lo debe haber confundido con comida..se comieron la mitadl!

Al día siguiente, conocimos el muelle del Parque Nacional Chiloé y más tarde, partimos a conocer "el muelle de las almas". Rumbo hacia allá, se debía pasar por un portón en que se pagaban 1500 pesos. Este portón era súper informal. Probablemente mucha gente ha entrado gratis, así como en otras ocasiones me imagino que nadie les ha salido a abrir. 

Ahí mismo hay una casa en que vendían las mejores empanadas de machas y de queso a tan sólo 500 pesos!, una gran bolsa de galletas artesanales en mil pesos y pie de limón a 800 pesos.

Al llegar al muelle, Cindy casi se pone a llorar (o tal vez lloró, no lo recuerdo bien) de emoción. Su sueño es conocer Irlanda y este lugar tenía gran similitud (según las imágenes que ella había visto en internet). Es más, pasó a ser el lugar más lindo que había visto en su vida, y eso es mucho decir... ella sí que conoce lugares interesantes! 

Cuenta la leyenda que cuando la gente moría, debían pagarle al balsero Tempilcahue para que los trasladara al lugar de descanso final. Si no tenían dinero, estaban destinadas a vagar en el muelle. Es parecida la historia a las de la Edad Media. Por lo mismo ponían monedas sobre los ojos de sus muertos o bajo su lengua. En fin, dicen que en este lugar se escuchaban lamentos, llantos y súplicas...aunque yo lo único que sentí fue una tremenda paz y silencio. 

Continuando el viaje...

Más tarde, llegamos al Parque Tantauco (de Piñera). La entrada tenía un valor de 3500 pesos cada uno y el sitio de camping, 10mil (por grupo). La tinaja de agua caliente costaba 30 mil pesos (son mi debilidad). Como buenos jóvenes tacaños, regateamos todo jaja. Por la fecha, teníamos el parque casi para nosotros solitos. 

Bueno, fui a correr a pesar de la hora. A mi nomás se me ocurre ir de noche, sola, la noche de Halloween a hacer deporte. Escuché unos ruidos estruendosos así que hice un récord corriendo de regreso! Más tarde supimos que los ruidos eran las famosas "ranitas de Darwin", que más que ranitas sonaban como el sapo gigante de Star Wars. 

Nos llamaron mucho la atención los domos. En temporada alta valen 100 mil (caben 8 personas), pero en estas fechas estaban a 40mil. Además eran calefaccionados, con cómodas camas, armarios, etc. Eran espectaculares, hay que decirlo. 

 A nuestro amigo Carlitos se le ocurrió la brillante idea de tirarse a la tinaja, sin tocar el fondo. Estaba caliente arriba, pero congelaaada abajo! Así que prendimos un fueguito en la parrilla para qye se recuperara. Más tarde, nos fuimos a explorar de noche el lugar. Vimos que tenían kayaks (la debilidad de Cindy). 

Hoy, 01/11/2015 fue nuestro último día en Chiloé. Hicimos kayak toda la mañana. Costaba 5 mil, pero por utilizarlo todo el día. No sabemos cómo, pero Carlitos se dio vuelta en el kayak, perdió sus pertenencias y regresó navegando con el kayak al revés jajaja. 

Nos pegamos un último trote, cruzando varios puentes de diferentes tamaños de madera. Para culminar el viaje, nos dirigimos al mall de Castro. Nos estábamos muriendo por probar un curanto en hoyo (sólo hemos probado el curanto en olla, pulmay), pero no era temporada de curantos. Además, por precio nos sugerían ser 15 personas cuando tan sólo éramos 4. El mall de Castro fue una pésima opción después de haber estado en estos parques hermosos. Bueno, cada uno tiene su opinión, pero a nosotros no nos gustó. De todos modos, regresamos demasiado felices por la experiencia vivida.

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